miércoles, 26 de febrero de 2014

Todo comienza cuando todo termina. 2

CAPITULO 2
Comienzo.

Olvidame para recordarme.


La radio en el microbus esta a  todo volumen, trato de platicar con Julia, una amiga de años que hoy coincidimos al subirnos, precisamente en este cruel día que pinta de un cielo naranja intenso, pues dicen que habla de muerte cuando las nubes se tiñen de ese color, sin escucharla, comienzo solo a escuchar a aquel locutor que da comienzo a una  canción:


YA  3°C, UN POCO FRÍA LA MAÑANA, PERO UN POCO DE AMOR PARA TENER CALOR, 7:07 AM. ESCUCHEMOS A NICHO HINOJOSA:
Porque a veces te pienso, porque a veces te lloro
porque a veces no encuentro las palabras, para decirte que eres todo
es que estas en mi mente cada vez que respiro
por que vida, no me importa nada cuando no estas conmigo.

Inmediatamente pienso en Habeth, recuerdo que le debo de enviar un mensaje para vernos en la tarde, en ocasiones creo que solo es producto de mi imaginación o de un sueño tal vez, es tan cierto y bello el amor pero me gusta pensar que no existe así al verlo, mi sonrisa es como si lo viera por vez primera.

[Mensaje: Deje entre las almohadas una pequeña nota y justamente escucho esa canción, Te veo en el rió a las 5:00pm. Olvidame para recordarme.]

Me rió a mis adentros, me gusta predecir algunas cosas, como que canción escuchare en el camino, pero más que eso me gusta sorprenderme, una vez escuche a un Psicólogo que decía que nosotros creamos a través de nuestros propios pensamientos los sucesos que acontecerán creando hechos que nos lleven a lo que deseamos o queremos que suceda, después escuche a un sacerdote que decía casi lo mismo, un político  replicaba las mismas palabras, deduje que era cierto por lo cual noté que creaba lo que el psicólogo decía, sin embargo  fue en la misma época que salio un libro llamado El SECRETO, el cual decía en resumen lo mismo. Sin presionar o buscar más detalles, simplemente comencé a dejar  una  nota a Habeth cada mañana con cosas que creía  que me sucederían durante el día y si así pasaba, inmediatamente le mandaba mensaje para vernos y recordarle que debía olvidarme para recordarme, colocando esa frase al finalizar cada mensaje. 

Este día, un día de tantos, bueno era lo que creía, le envié el mensaje, sonreí y seguía escuchando a Julia, para esto ella me decía algo de que ya se bajaba en aquel sitio por que llegaría tarde, solo asenté y le dije que esperaba volvérmela encontrar para platicar más a gusto, por lo que me entrega una hoja con su nuevo número telefónico, el cual no recuerdo en que momento escribió, valla distracción la mía.

Se cae el papel por la velocidad en que ella baja, solo siento el rose de su mano y observo la caída de la hoja, tan frágil como la vida, el microbus frena muy brusco, ella baja  de tal manera que no  tropieza, voltea y me sonríe mostrándome su éxito al bajar del transporte en esta ciudad tan caótica; sin embargo al tratar de levantar  el papel choco con un chico que esta a mi lado el cual no me había percatado de su existencia, siento su energía cálida, sincera, también sonríe, lo observo,me veo en sus ojos, el se refleja en los míos, Julia desaparece, la gente grita y se queja por el frenado repentino escucho decir: "Que le pasa  hijo de su puta madre, Fíjese cabrón para eso tiene ojos,Ya ve pendejo lo que ocasiona, Aquí todo en  la vida se paga, Bájese que no ve lo que hizo es un estúpido", frases coloquiales de una sociedad tan hermética. Julia muere, escucho murmullos de que ella antes de subir a la banqueta que aun quedaba a un metro de distancia del microbus, el conductor  por la manera en que frena  provoca que un  motociclista quiera rebasarlo llevándose con él el cuerpo de Julia. Aquel chico observo mi rostro sin decir ni pedir permiso me abrazo diciéndome:  
-"Ella estará bien, tranquilízate para que todo salga bien pues tu misma puedes cambiar esto".-esto me lo dice al oído tan dulcemente, con palabras firmes que mi corazón las agradece.

Julia dejaba de  existir, yo seguía con vida, él me tomaba de la mano, me sentía tan segura, no le llame a Habeth, espere a que llegará la ambulancia y escuche las palabras que ya esperaba: "No se puede hacer nada murió al instante", llamaremos a sus familiares, asentí, no se cuanto tiempo paso, llego su familia, me abrazo, el caos era parte de mi, hoy estaba en ese caos del cual luego me quejaba, "trafico matutino a quien se le ocurre" solía decir. La madre de Julia me agradeció, me retire del lugar, él seguía sosteniéndome  de la mano parecía que sabía mucho de mí, llegamos a un parque lo abrace, lloré, lo bese sin pensar, sonrió, se sonrojo, era un dulce. 

Mi mente fatalizó y él parecía saber lo que pensaba, solo dijo: Yo ya he muerto, no te preocupes por mi.

Dieron las 4:45 pm siempre llegaba temprano a mis citas con Habeth para lo cual recurrentemente ya estaba, esta ocasión no era así, me extraño un poco pero no me importo, tardo 2 minutos más para que llegará se veía agitado un tanto agobiado tratándome de pedir disculpas con la mirada, ignore ese gesto, lo abrace con todas mis fuerzas, quería justificar  su tardanza, le dije que callará que no me importaba pues ya estábamos ahí parados junto a nuestra fuente favorita.

Le pedí que no llegáramos a casa, con una mirada cómplice  me  dice acertadamente:
-¿Quieres que te sorprenda el día de hoy?- él hablándome y yo dándole besos en la mejilla
-Claro- me da un beso tan apasionado, que siento mi corazón desbordarse
-Sígueme...- esa sonrisa que me agrada aparece en su rostro delicado de hombre complicado

Habeth me muestra un lugar muy hermoso donde las estrellas se pueden tocar, donde la luna esta tan cerca que siento su frió y el calor del sol reflejado en ella.











No hay comentarios:

Publicar un comentario